En un contexto apocalíptico pandémico cuasi película zombi, sucedía el caos, la desesperación por convertir todo nuestro patrimonio literario en digital. Autores investigando cómo llevar su libro a digital, aumento de ventas en libros electrónicos en plataformas, personas en todo el mundo vaticinando un incierto fin del libro papel. Pero volviendo al título que te trajo hasta aquí, no va a pasar, los libros de papel jamás desaparecerán. La única razón por la que los libros podrían desaparecer es que nadie escribiera nada y peor aún, que nadie publicara lo que tiene guardado celosamente.
El objetivo de este artículo no es hacer apología del libro electrónico o hablarte de las ventajas y desventajas, de eso hay mucho en internet. El objetivo es invitarte y animarte a autopublicarte. Este es un proceso que lleva tiempo y esfuerzo, pero el mercado, los canales y sobre todo, quienes leen, esperan de manera muy receptiva las nuevas propuestas, géneros e historias. Una pantalla, un libro de papel, un blog, una red social; no importa el soporte, lo que importa es lo que tengas para compartir.
El libro electrónico llegó para quedarse y si bien en otros países el desarrollo y consumo es mayor y data de más tiempo, es un soporte más para publicar nuestra obra sin barreras geográficas ni de distribución. No compite con los libros impresos, no es mejor ni peor. El cambio radica en quienes leen. De hecho, los hábitos de consumo en el mundo están cambiando a tal punto que primero se lee la versión digital y si gusta, se genera la compra del libro papel en librerías físicas o virtuales.
Cuando me refiero a autopublicarte hablo de evitar contratos que te quiten energía y porcentaje de tus ventas o, peor aún, derechos sobre cómo exhibir o vender tu obra por un tiempo determinado. Convengamos en que crear un libro no es para tutoriales make yourself (aunque los hay). Siempre necesitarás contar con la ayuda de profesionales para la edición del manuscrito o texto que redactaste, profesionales en diseño editorial -sea libro papel o electrónico- y profesionales que te ayuden o te asesoren con las redes sociales, ya que al no tener canales de distribución por parte de una editorial necesitarás difundir el lanzamiento.
Las redes sociales son muy importantes en la autopublicación ya que como mencionaba antes, te permitirán llegar -si se traza una estrategia adecuada- a tu audiencia. Aquí cumplirían la función de comunicación de tu obra lista, pero si estás pensando en escribir y aún no sabés qué enfoque darle o necesitás investigar más a tu audiencia, pueden funcionar como fuente de datos, hábitos e inspiración.
Si te convencí de sacar de tu mesa de luz ese cuaderno que sabe más de vos que tu propia madre o esos archivos guardados bajo el nombre “algo”, “sin título” o “ideas”, debo cumplir dándote las advertencias finales.
Roles que deberás asumir para no morir en el intento
«Empresarial»
Deberías estar pendiente de la rentabilidad del proyecto, conocer sobre nichos, margen de contribución, etc.
«Comercial»
¡Todo muy lindo!, pero necesito convertir este hobby caro en algo rentable.
«Cultural»
Estoy produciendo un objeto de creación individual o colectivo y, por ende, esto conlleva una responsabilidad muy grande.
¡Sí ya sé! No son todas buenas noticias, pero lo importante de todo esto es que serás libre de tomar tus propias decisiones sobre tu obra y ayudarás a muchas personas -que estoy seguro-, están esperando leerte. ¡Gracias por leerme a mí!
Autor: Darío Torre, diseñador editorial
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